20 de marzo de 2011

AVIONES RAROS DE TODAS LAS ÉPOCAS II

BV 141

El Blohm und Voss BV 141 es probablemente el avión más asimétrico que ha volado, aunque fuera por un período corto de tiempo y siempre en la forma de prototipos y modelos de pre-producción.


Diseñado en base a las especificaciones del ministerio del aire de la Alemania de 1937, el Blohm und Voss BV 141 se concibió como un avión de reconocimiento. Tenía un único motor en el fuselaje central, mientras que la cabina, totalmente acristalada, estaba situada en el ala derecha del aparato, como el “sidecar” de una motocicleta. Esto le daba un aspecto extraño, pero proporcionaba una visibilidad excepcional en todas las direcciones, incluyendo hacia abajo, lo cual era vital dada su naturaleza de avión de observación.


Aunque la Luftwaffe rechazó el diseño del BV 141, Blohm und Voss siguió adelante con el proyecto. El primer prototipo voló al año siguiente (1938), aunque nuevamente fue rechazado por la Luftwaffe argumentando que no era lo suficientemente potente. Modelos posteriores vieron incrementada su potencia hasta los 1560 CV, que era casi el doble de la que entregaba el motor BMW 132N que montaba el prototipo original.


Aunque se encargaron cinco aparatos de preproducción de esta segunda versión, llamada BV 141B, que volaron en pruebas durante los años siguientes, finalmente su producción se canceló en 1943.



(Información, esquema y fotos de Blohm und Voss Bv-141, vía Stumple;

Fuente: http://www.microsiervos.com



Bezobrazov


Es sólo hasta ahora que hemos podido conocer el ingenio y la capacidad creadora de los diseñadores aeronáuticos rusos anteriores a la Revolución Bolchevique de 1917.


Uno de esos nombres perdidos en el tiempo es el del oficial del ejército ruso Aleksander Bezobrazov, quien asistido por el Sr. F.E. Moska diseñaron un extraño caza triplano.


El proyecto comenzó como una aventura privada y fue terminado en 1914, sus inusuales características de diseño eran de destacarse ya que resultaban muy avanzadas para la época. El avión era un triplano con fuselaje monocoque cuyas alas se encontraban situadas en tándem, es decir cada una iba delante de la otra, estando la primera bastante alejada de la segunda al igual que la última que prácticamente servía como estabilizador trasero. Otro rasgo peculiar: las alas eran bastantes delgadas para dificultar que el avión fuese visto desde tierra. El piloto se sentaba dentro del fuselaje y contaba con un periscopio y ventanas laterales para ver hacia fuera, (rasgo que aparecería después en el "Spirit of St. Louis") así como un larguísimo árbol de leva que unía el motor con la hélice para poder acomodar una aerodinámica cubierta de motor.


Al estallar la I Guerra Mundial, Bezobrazov fue enviado a combatir al frente a pesar de que su avión aún no se encontraba terminado, quedando a cargo su asistente el Sr. Moska, éste supervisó la construcción final y estuvo presente durante el primer vuelo del aparato el 02 de Octubre de 1914. En diciembre de ese mismo año Bezobrazov fue autorizado a volver a su trabajo como diseñador debido a una profunda herida que había sufrido en combate, su avión estaba siendo probado en la escuela de aviación de Sebastopol donde fue modificado. Posteriormente el avión fue transportado a Moscú donde sufrió un accidente al romperse el tren de aterrizaje capotando sobre sí mismo.


El aparato fue reparado en febrero de 1917 y puesto a punto pero nada más se sabe de la suerte del avión y de su valiente diseñador luego de estallar la Revolución.

Fuente: http://www.nocturnar.com


Caproni Ca 60 Transaereo


La aviación que precedió a la primera guerra mundial estuvo llena de ideas y fantásticos diseños que en su mayoría sirvieron para todo menos para lograr volar, en parte debido a que nadie sabía con exactitud qué forma debía tener un avión.


La compañía italiana Caproni se destacó durante la Primera Guerra Mundial por sus famosos bombarderos gigantes triplanos. Incluso para ese momento tenían la distinguida reputación de ser los constructores de aviones gigantes más famosos del mundo fuera de la Rusia Zarista.


No se puede negar que el conde Caproni fuera un visionario, ya que terminada la guerra el al igual que otros constructores de aviones volcaron su mirada hacia un nuevo objetivo, la construcción de aviones comerciales de pasajeros. Sin embargo en una época cuando aún ni siquiera existían o apenas estaban formándose los primeros embriones de líneas aéreas, destaca el sueño de Caproni, construir gigantescos aeroplanos que surcanran los aires transportando una cantidad enorme de pasajeros. Nada malo había en ello, al contrario su imaginación voló tan alto que terminó adelantándose a su época, prueba de ello fue el fantástico y desgarbado Caproni Ca 60 Transaereo.


Construido casi en su totalidad en madera con refuerzo de metal, el proyecto Ca 60 comenzó con mal pie desde el principio, al ser demasiado ambicioso para su tiempo. Se trataba de un grotesco hidroavión con tres juegos de alas triplanas en tándem o consecutivas que descansaban sobre el fuselaje, una delante, otra en el medio y otra en la parte trasera del aparato, disposición que le hacía asemejar a una gran casa flotante o un buque muy extraño. El avión era ayudado a mantener su estabilidad en el agua gracias a un par de flotadores que se encontraban debajo del primer juego de alas y servían para ayudar a despegar al Ca 60.


Para mover este coloso el avión fue dotado de ocho motores Liberty de 12 cilindros en v, enfriados por agua de 400 hp c/u. La ubicación de los motores no podía ser convencional y requirió de mucha imaginación, así que quedaron cuatro en el juego de alas delantero, tres mirando hacia delante y uno hacia atrás. Los otros cuatro se encontraban en similar disposición pero completamente al revés. Los motores que se encontraban en tándem tanto adelante como atrás a diferencia de los demás movían sendas hélices cuatripalas.


Otro rasgo que hacía peculiar a este avión, eran unas firmes estructuras entre las alas que reforzaban las alas y servían de pasadizos para que los mecánicos llegaran en pleno vuelo a los motores en caso de producirse alguna falla.

Por último debemos mencionar el extenso fuselaje de 23,45 metros, lujosamente decorado como un buque de pasajeros y lleno de ventanas para que los 100 pasajeros que se tenía programado llevar pudiesen disfrutar de la ruta Italia-Nueva York.


Conforme el proyecto avanzaba, las expectativas crecían por un lado y las dudas por otro, el “Capronísimo”; como lo llamaban sus trabajadores fue terminado a principios de 1921 y para ese momento era el avión más grande del mundo. Luego de algunas pruebas de carreteo sobre el Lago Maggiore, el Transaereo, estaba listo para su vuelo de prueba. El 04 de Marzo, luego de un brindis con distinguidas personalidades en Sesto Calende el avión encendió los motores teniendo al mando al Capitán Semprini, piloto de pruebas de la compañía. El coloso se encontraba cargado para simular el peso de 60 pasajeros. Con la fuerza de sus 3200 caballos al máximo para mover sus 24 toneladas, el avión comenzó a tomar velocidad mientras recorría un largo trecho antes de elevarse apenas unos cuantos metros y caer de nariz al agua haciéndose pedazos.


Semprini apenas pudo salir con vida del enorme amasijo de madera, telas y cuerdas. No nos atrevemos a pensar lo que hubiese podido suceder de suceder ese percance en pleno vuelo sobre el Atlántico.


A pesar de las promesas de Caproni para reconstruir el Transaereo nunca pudo lograrlo ya que un misterioso incendio destruyó los restos del maltrecho gigante.

Fuente: http://www.taringa.net